Boas práticas de cuidado as pessoas que usam drogas em um CAPS II do interior do Rio Grande do Sul

Abstract

18 years ago, the Psychiatric Reform in Brazil was signed through public policies, however, it is still under changing process in relation to the developed practices on the services that suppresses the asylum and segregation logics produced by the asylum model, and, regarding to people that are drugs users, it is still necessary to overcome the moral and stigmatizing conduct. Given the above, this study has aimed to identify good care practices regarding to people that are drugs users in a PSCC II in the South of Rio Grande do Sul. For this, the theoretical reference about Good Practices on Community Mental Health was used, which was proposed by Thornicroft and Tansella (2010). This proposes the good practices identification through three inseparable axes: ethics, evidence and experience. Ethics is understood as the main axe on planning orientation, services evaluation and practices; the evidence must support the intervention on the services aiming to identify the best mental health care; and the experience shows, through the daily activities, good practices on mental health. As a result, the reception, accessibility and the damage reduction strategies have emerged. The reception is pointed as a good practice on a drugs user care, once it consolidates on the services and helps on the co-production of the daily care on its relation with the territory and the human’s rights respect legitimation to the people that are drugs users. The accessibility is presented as a good practice once it offers effective interventions on people lives, and, based on the experience, the damage reduction emerges since it allows, through a low requirement posture, life changings through bond and the reinforcement of new life possibilities. This study has concluded that the substitutive services on mental health has potential to develop good practices on drugs users care, showing a promisor way once ir proposes strategies focused on life defense.

Hace 18 años la Reforma Psiquiátrica en Brasil se ha consolidado a través de políticas públicas, sin embargo, aunque eso pase por procesos de transformación con relación a las prácticas desarrolladas en los servicios que superen la lógica asilar y segregadora producida por lo modelo manicomial, y en lo que refiere a las personas que usan drogas, aunque se haga necesario superar la conducta moral y estigmatizante. Delante de lo expuesto, esto estudio tiene como objetivos identificar las buenas prácticas de cuidados a las personas usuarias de drogas en un CAPS II del interior de Grande do Sul. Para tanto, fue utilizado lo referencial de Buenas Prácticas en Salud Mental Comunitaria, propuesto por Thornicroft y Tansella (2010). Eso propone la identificación de buenas prácticas partir de tres ejes inseparables: la ética, la evidencia y la experiencia. La ética es entendida como lo eje fundamental para la orientación de la planificación, evaluación y práctica de los servicios, la evidencia debe apoyar las intervenciones en lo servicio en el sentido de identificar lo mejor cuidado en salud mental y la experiencia que demuestra, a través de la práctica diaria, buenas prácticas em salud mental. Como resultado emergió la acogida, la accesibilidad y las estrategias de reducción de daños. La acogida se señala como una buena práctica en lo cuidado de la persona usuaria de drogas, una vez que se consolida en el servicio y ayuda en la coproducción de lo cuidado diario, en su relación con lo territorio y en la legitimación de lo respeto a los derechos humanos de las personas que hacen uso de drogas. La accesibilidad presenta-se una buena práctica en el momento en que ofrece intervenciones efectivas para la vida de las personas; en la base de la experiencia emerge la reducción de daños, ya que esa permite, a través de una postura de baja exigencia, cambiamientos de vida a través del vínculo y del fortalecimiento de nuevas posibilidades de vida. Esto estudio ha concluido que los servicios substitutivos en salud mental tienen potencialidad de desenvolver buenas prácticas de cuidados a las personas que usan drogas, articulando un camino prometedor, al proponer estrategias orientadas para la defensa de la vida.